El fallo que tumbó el veto y abrió paso a la insurgencia democrática.
El Pacto Histórico entra al ruedo con una candidata que no pide permiso.
POR: EL POLIDEPORTIVO
Cartagena de Indias, D.T. y C. 02:02 pm.
A las 10:30 de la mañana, Carolina Corcho oficializó su inscripción como candidata presidencial del Pacto Histórico para la consulta popular del 26 de octubre. Lo hizo en la sede de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en cumplimiento del fallo del Tribunal Superior de Bogotá que suspendió apartes de la Resolución 09673 del CNE y restableció el derecho a disputar el país en condiciones de igualdad.
La decisión judicial, proferida por la magistrada Karen Lucía Castro Ortega, no solo corrigió una exclusión institucional, sino que encendió la mecha de una campaña que promete romper moldes. Corcho, junto a Gustavo Bolívar, había interpuesto una tutela denunciando la vulneración de derechos fundamentales de participación, igualdad y debido proceso. El Tribunal les dio la razón: el veto del CNE era un golpe a la democracia.
Corcho oficializa su candidatura tras fallo que reabre el juego democrático y tensiona el calendario electoral.
Corcho oficializa su candidatura tras fallo que reabre el juego democrático y tensiona el calendario electoral.
Con esta inscripción, el Pacto Histórico no solo ratifica su presencia en la consulta: lanza una candidatura que se alimenta de las calles, los sindicatos, las organizaciones sociales y los sectores marginados. Corcho no llega sola: llega con una voz colectiva que exige transformaciones profundas, participación real y un modelo de país que no se construya desde arriba.
La campaña de Corcho se levanta como una respuesta frontal al bloqueo institucional, como una apuesta por el pluralismo político y como una garantía de que millones de ciudadanos podrán elegir sin mordaza. Su presencia en la consulta es también una advertencia: el poder no se reparte, se disputa.
El Pacto Histórico entra al ruedo con una candidata que no pide permiso, que desafía el statu quo y que convierte cada obstáculo en combustible político. La inscripción de Corcho no es un trámite: es un acto de resistencia, una declaración de guerra democrática y una señal de que el 26 de octubre no será una fecha más.
Hoy, la consulta tiene rostro, tiene causa y tiene coraje. Y si alguien pensaba que el juego estaba cerrado, Carolina Corcho acaba de patear el tablero.
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